En el departamento de Juliaca en Perú existe una ciudad que a pesar de la gran altitud de su localización ya que tiene 5,100 metros sobre el nivel del mar se da el trabajo de dedicarse por entero a la actividad minera, el oro es su pan de cada día y a pesar de que es posible que haya meses en los que no lleguen a recibir pago alguno por sus trabajo ellos siguen buscando el preciado metal todo el día. Estamos hablando de La Rinconada, una ciudad que no es apta para cualquiera ya que existe en ella un alto grado de contaminación y ni el agua se salva ya que no existe e servicio de agua potable pero la consiguen de la lluvia y la nieve que hay en el medio ambiente pero esta está contaminada muchas veces de mercurio, un elemento altamente nocivo para la salud.
Hay que ser valiente para viajar hasta esta ciudad ya que la falta de efectivos policiales es todo un problema y la delincuencia está a la orden del día por lo que los delitos que en ella se cometen muchas veces quedan sin resolver en una cantidad que muestra que este lugar se ha convertido en un lugar sin ley en las últimas décadas debido a la fiebre del oro como la llaman algunas personas, desde la década de los setentas este sitio ha aumentado su población de una manera alarmante a consecuencia de todo tipo de personas que buscaban hacerse ricas por el preciado metal que allí encontraban.
Los que consiguen explotar el metal deben trabajar para los contratistas que han ganado las licitaciones en dicho lugar, pero su pago es solo lo que ellos mismos puedan conseguir en oro durante un día de trabajo al mes, el resto de los días del mes es para los patrones que manejan el negocio, toda una explotación para muchos pero las personas que llegan cada año siguen aceptando el trato, a este tipo de contrato se le llama "el cachorreo", si el aceptante no logra encontrar nada de oro en su día asignado se puede morir de hambre.
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